lunes, 8 de noviembre de 2021

Fibrosis Quística

La fibrosis quística es una patología crónica que afecta principalmente a los pulmones y al sistema digestivo, junto con otras áreas del cuerpo. El organismo del enfermo produce secrecciones (moco, sudor, jugos digestivos,etc) espesas, lo que provoca un taponamiento y un daño al órgano o sistema asociado.

¿Puedo padecerla?

La Fibrosis Quística es una enfermedad hereditaria, por lo tanto solo puedes padecerla si algún miembro de tu familia la tiene. Concretamente, necesitas obtener una copia del gen enfermo que cada uno de tus padres para desarrollarlo ya que es una enfermedad genética de herencia autosómica recesiva.



¿Qué síntomas aparecen?

Los signos y síntomas de la fibrosis quística varían en función de la gravedad de la enfermedad. Frecuentemente, los síntomas van a afectar al sistema respiratorio y/o digestivo. Los signos respiratorios se asocian a la obstrucción de los conductos respiratorios que permiten el trasporte de aire desde el interior hasta el exterior de los pulmones. Estos son:

  • Fatiga
  • Congestión nasal
  • Episodios de neumonía
  • Tos con expectoración
  • Infecciones respiratorias frecuentes
Asimismo, la sintomatología digestiva va a estar asociada al bloqueo, por el moco, de los conductos que trasportan las enzimas digestivas. Esto va a producir la mala absorción de los nutrientes puesto que las enzimas no van a poder cumplir completamente su función. Estos son:
  • Pérdida de peso
  • Dolor abdominal 
  • Heces malolientes y con alto contenido en grasa
  • Estreñimiento
¿Cómo se trata? 
El tratamiento, en caso de tener un diagnóstico de FQ, suele ser la administración de antibióticos, la administración de inhaladores para abrir las vías respiratorias y la oxigenoterapia si fuera necesario. Además, si fuera necesario mejorar la función digestiva se recurriría al consumo de suplementos vitamínicos y  de enzimas pancreáticas .
De igual manera, es imprescindible que el propio paciente tome iniciativa en cuanto a cuidados personales. Estas están dirigidas a la prevención de problemas respiratorios:
  • Tomar líquidos abundantes
  • Evacuar las secrecciones: es muy importante, debe hacerse entre 1 a 4 veces por día. Consiste en realizar técnicas de percusión torácica y drenaje postural.
  • Evitar el contacto con otros enfermos por fibrosis quística: podría haber un intercambio de secrecciones y resultar en una infección respiraoria
  • Realizar ejercicio regularmente
  • Mantener un ambiente limpio (evitar el humo, la suciedad, los químicos,etc.
 

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